sábado, 13 de agosto de 2016

Bárbaro/a:

       Este vocablo procede del griego βάρβαρος, que tiene su origen en una especie de onomatopeya para designar todo lo relacionado con los extranjeros, partiendo de su forma de hablar, que por diferente, los griegos habrían advertido como barbar… En la lengua española, puede hallarse definido en el diccionario de la RAE como “dicho de una persona: De alguno de los pueblos que desde el siglo V invadieron el Imperio romano y se fueron extendiendo por la mayor parte de Europa; perteneciente o relativo a los bárbaros; fiero, cruel; Arrojado, temerario; inculto, grosero, tosco. Su estilo es descuidado y un tanto bárbaro; grande, excesivo, extraordinario; excelente, llamativo, magnífico”.

Por lo tanto, el término griego se utilizaba, como sustantivo o como adjetivo, para designar aquello que tenía su origen fuera de la polis, lo extranjero, especialmente cuando resultaba ajeno a la cultura griega y resultaba extraño. Así fue como ha ido tomando connotaciones negativas hasta llegar al significado que tiene hoy día. Pero anteriormente podía designar la tierra extranjera, las personas o el habla de esa tierra, tal como aparece en Heródoto (s. V a.C. ) en sus Historias en “εἰ τούτοισι τεκμαιρόμενον δεῖ λέγειν, ἦσαν οἱ Πελασγοὶ βάρβαρον γλῶσσαν ἱέντες” (por las conjeturas que nos dan todos estos pueblos, podremos decir que los pelasgos debían hablar algún lenguaje bárbaro) Hdt. 1.57. aplicado al habla; en la Anábasis de Jenofonte (s. V-IV a.C.), “ὅποι δ᾽ ἂν ἐλθόντες ἀγορὰν μὴ ἔχωμεν, ἄν τε εἰς βάρβαρον γῆν ἄν τε εἰς Ἑλληνίδα, οὐχ ὕβρει ἀλλὰ ἀνάγκῃ λαμβάνομεν τὰ ἐπιτήδεια” (pero, si llegamos a un sitio y no nos venden, ya sea tierra de los bárbaros, ya de los griegos, tomamos lo que nos hace falta, no por licencia, sino por necesidad) Xen. Anab. 5.5.16, aplicado a la tierra. O en la misma Anábasis para las personas que habitan estas tierras, en Xen. Anab. 5.5.8: “ἔπεμψεν ἡμᾶς, ὦ ἄνδρες στρατιῶται, ἡ τῶν Σινωπέων πόλις ἐπαινέσοντάς τε ὑμᾶς ὅτι νικᾶτε Ἕλληνες ὄντες βαρβάρους, ἔπειτα δὲ καὶ ξυνησθησομένους ὅτι διὰ πολλῶν τε καὶ δεινῶν, ὡς ἡμεῖς ἠκούσαμεν, πραγμάτων σεσωσμένοι πάρεστε” (soldados -dijo-, la ciudad de Sinope nos ha enviado a nosotros para que os alabemos, porque siendo griegos habéis vencido a los bárbaros, y para que os felicitemos por haber llegado sanos y salvos después de tantos y tan formidables trances, según hemos oído).

De hecho, en un fragmento de la Anábasis de Jenofonte se explica a la perfección el significado del término en griego, y también porque fue tomando las connotaciones negativas. Se trata de Xen. Anab. 5.5.8: “τούτους ἔλεγον οἱ στρατευσάμενοι βαρβαρωτάτους διελθεῖν καὶ πλεῖστον τῶν Ἑλληνικῶν νόμων κεχωρισμένους” (los griegos decían que este era el pueblo más bárbaro que habían encontrado, aquel cuyas costumbres más diferían de las griegas). De modo, que las costumbres diferentes a las griegas fueron percibidas como negativas y el término se extendió semánticamente hacia la crueldad y la incivilización, que es lo que mayoritariamente designa hoy día.

Bacteria

     La palabra bacteria está definida por la RAE como “microorganismo unicelular sin núcleo diferenciado, algunas de cuyas especies descomponen la materia orgánica, mientras que otras producen enfermedades”. 

      Sin embargo, su antecesor griego tenía un significado completamente distinto, ya que procede de βακτήρ-ιον, bastoncito (en su forma plural βακτήρ- α), tal como podemos encontrarlo en las Acarnienses  de Aristófanes (s. V-IV a.C.) “εὐδαιμονοίης, Τηλέφῳ δ᾽ ἁγὼ φρονῶ. εὖ γ᾽ οἷον ἤδη ῥηματίων ἐμπίμπλαμαι. ἀτὰρ δέομαί γε πτωχικοῦ βακτηρίου” (La bendición de los inmortales descienda sobre ti y tu Telefo. ¡Magnífico! Me siento henchido de bellas frases. Pero necesito también un bastón de mendigo) Ar.Ach.448. También puede hallarse sin el diminutivo en otros autores clásicos como Platón (s. V-IV a.C.), en fragmentos como el siguiente de Protágoras: “τῆς γὰρ παρελθούσης νυκτὸς ταυτησί, ἔτι βαθέος ὄρθρου, Ἱπποκράτης, ὁ Ἀπολλοδώρου ὑὸς Φάσωνος δὲ ἀδελφός, τὴν θύραν τῇ βακτηρίᾳ πάνυ σφόδρα ἔκρουε” (esta mañana, cuando aún no había amanecido, Hipócrates, hijo de Apolodoro y hermano de Fasón, vino a llamar muy fuerte a mi puerta con su bastón) Plat. Prot. 310 a/b.


Como se puede comprobar, a partir de la base griega, fue reintroducida con un cambio de significado. El nuevo significado fue acuñado en 1828, en latín científico por C.G. Ehrenberg, y se basó en la similitud de la forma de estos microorganismos con un bastón, y debido a su tamaño ínfimo, se aplicó el diminutivo. Sin embargo, no todas las bacterias tienen esta forma, sino que, morfológicamente, las bacterias pueden ser: cocos (esféricos), bacilos (en forma de bastón) y espirilos (de formas onduladas), de modo que, dada la acuñación del término como genérico, es probable que las primeras bacterias observadas fuesen bacilos, aquellas que tienen forma de bastón.

Amorfo/a

Procedente del griego ἄμορφος, la RAE aclara en su diccionario que se trata de un adjetivo con el siguiente significado: sin forma regular o bien determinada; que carece de personalidad y carácter propio; dicho de un cuerpo sólido: No cristalino.

El adjetivo griego proviene de la negación de la forma, μορφος, mediante ἄ privativa. De modo que poseía el significado de informe, igual que en la actualidad. Así mismo podemos entenderlo en el Timeo de Platón (s. V- IV a. C.) cuando leemos "διὸ δὴ τὴν τοῦ γεγονότος ὁρατοῦ καὶ πάντως αἰσθητοῦ μητέρα καὶ ὑποδοχὴν μήτε γῆν μήτε ἀέρα μήτε πῦρ μήτε ὕδωρ λέγωμεν, μήτε ὅσα ἐκ τούτων μήτε ἐξ ὧν ταῦτα γέγονεν: ἀλλ᾽ ἀνόρατον εἶδός τι καὶ ἄμορφον, πανδεχές, μεταλαμβάνον δὲ ἀπορώτατά πῃ τοῦ νοητοῦ καὶ δυσαλωτότατον αὐτὸ λέγοντες οὐ ψευσόμεθα” (por tanto, concluyamos que la madre y receptáculo de lo visible devenido y completamente sensible no es ni la tierra, ni el aire, ni el fuego ni el agua, ni cuanto nace de éstos ni aquello de lo que éstos nacen. Si afirmamos, contrariamente, que es una cierta especie invisible, amorfa, que  admite todo y que participa de la manera más paradójica y difícil de comprender de lo inteligible, no nos equivocaremos).

Sin embargo, el uso más habitual del término tenía que ver con la belleza, concretamente con la ausencia de belleza. De este modo puede hallarse en la obra de Heródoto (s. V a.C.), de modo que en fragmentos como el Hdt. 1.199.5 utilizan esta acepción: “ὅσσαι μέν νυν εἴδεός τε ἐπαμμέναι εἰσὶ καὶ μεγάθεος, ταχὺ ἀπαλλάσσονται, ὅσαι δὲ ἄμορφοι αὐτέων εἰσί, χρόνον πολλὸν προσμένουσι οὐ δυνάμεναι τὸν νόμον ἐκπλῆσαι” (Las que sobresalen por su hermosura, bien presto quedan desobligadas; pero las que no son bien parecidas, suelen tardar mucho tiempo en satisfacer a la ley).

Relacionado con la ausencia de belleza, la palabra ἄμορφος también se utilizaba para designar aquello que resultaba vergonzoso o deshonroso. Esta comparación entre lo bello y lo conveniente u honroso ha funcionado durante toda la antigüedad, desde los primeros testimonios. No por casualidad el héroe homérico reunía las dos cualidades, bello y honorable. De este uso se conserva el siguiente ejemplo, también de la obra de Platón (s. V- IV a. C.), “δακρύειν μὲν τὸν τετελευτηκότα ἐπιτάττειν ἢ μὴ ἄμορφον” llorar al muerto no es conveniente ni ordenarlo ni prohibirlo Pl.Lg.960a.

miércoles, 10 de agosto de 2016

Agonía

El vocablo agonía proviene del griego ἀγωνία. Según la RAE, su significado es: “Angustia y congoja del moribundo; estado que precede a la muerte. Pena o aflicción extremada. Angustia o congoja provocadas por conflictos espirituales. Ansia o deseo vehemente. Lucha, contienda.

Sin embargo, el orden de las acepciones se invierte en griego, ya que parece probable que el primer significado haya sido el presenta Platón (s. V- IV a. C.) en Gorgias, concretamente en Pl.Grg.456c: “δεῖ μέντοι, ὦ Σώκρατες, τῇ ῥητορικῇ χρῆσθαι ὥσπερ τῇ ἄλλῃ πάσῃ ἀγωνίᾳ” (no obstante, Sócrates, es preciso utilizar la retórica del mismo modo que los demás medios de combate). Se trata de la agonía como combate, como contienda agresiva, que podía ser en diferentes modalidades, incluso verbal. De ahí que también pueda entenderse, en griego, como juicio, pero también como juegos o certamen, donde la principal atracción eran los combates en distintas modalidades (lucha, pugilato o boxeo y pancracio). Del segundo uso proporciona testimonio Heródoto (s. V a.C.) en su obra, en fragmentos como éste en Hdt.2.91.4.: “ταῦτα μὲν λέγουσι, ποιεῦσι δὲ τάδε Ἑλληνικὰ τῷ Περσέι: ἀγῶνα γυμνικὸν τιθεῖσι διὰ πάσης ἀγωνίης ἔχοντα, παρέχοντες ἄεθλα κτήνεα καὶ χλαίνας καὶ δέρματα” (en honor de Perseo celebran juegos gímnicos según la costumbre griega, en los que entra todo género de certamen, y se proponen por premio animales, pieles y mantos de abrigo). Es decir, agonía como concurso o certamen, dedicado en este caso a Perseo, pero también podían estar dedicados a otros muchos dioses o personajes mitológicos.

Por un proceso de metonimia, en algún momento comenzó a llamarse al sentimiento de angustia que se siente al borde de la muerte, cuando lucha por su vida, con el mismo nombre que el combate. Éste es, en la actualidad, el significado más utilizado de agonía, pero ya se pueden encontrar testimonios en la antigüedad, como en las Historias de Polibio (s. II a.C.), en Plb. 3.43.8: “τῶν δὲ στρατοπέδων ἀμφοτέρων ἐξ ἑκατέρου τοῦ μέρους παρὰ τὰ χείλη τοῦ ποταμοῦ παρεστώτων, καὶ τῶν μὲν ἰδίων συναγωνιώντων καὶ παρακολουθούντων μετὰ κραυγῆς, τῶν δὲ κατὰ πρόσωπον βαρβάρων παιανιζόντων καὶ προκαλουμένων τὸν κίνδυνον, ἦν τὸ γινόμενον ἐκπληκτικὸν καὶ παραστατικὸν ἀγωνίας” (Ambos ejércitos estaban frente a frente, en las dos orillas: unos se asociaban a las dificultades de sus camaradas, y les seguían con gritos en sus esfuerzos, mientras que los bárbaros entonaban cantos de guerra y llamaban al combate. El espectáculo era sobrecogedor y producía angustia).

martes, 9 de agosto de 2016

Aire

Está relacionado con el griego ἀήρ y la definición proporcionada por la RAE tiene las siguientes acepciones: “gas que constituye la atmósfera terrestre, formado principalmente de oxígeno y nitrógeno, y con otros componentes como el dióxido de carbono y el vapor de agua; atmósfera (‖ capa que rodea la Tierra); viento (‖ corriente de aire); apariencia, aspecto o estilo de alguien o de algo. Me impresionó su aire de tristeza; parecido, semejanza, especialmente de las personas; aire de familia. Darle o darse alguien un aire a otro; vanidad o engreimiento; ínfulas, pretensiones, alardes; frivolidad, futilidad o poca importancia de algo; ser aire, o un poco de aire, algo; primor, gracia y brío en el modo de hacer algo; cada una de las maneras de caminar los solípedos y demás cuadrúpedos que suelen domarse para el transporte en general; canción (‖ música de una canción); coloquial. Ataque parcial y pasajero de parálisis u otra afección que se manifiesta instantáneamente. Le dio un aire;  Mil. Ejército del Aire. Se enroló en el Aire; Mús. Grado de presteza o lentitud con que se ejecuta una obra musical; aquello que viene de fuera alterando los usos establecidos e impulsando modas, corrientes o tendencias nuevas; interjección. U. para incitar a una o varias personas a que despejen el lugar donde están o a que se pongan a su tarea lo más pronto posible. Como puede observarse, todas las acepciones están relacionadas de forma metafórica, desde el significado original, relacionado con la atmósfera.

En griego antiguo, la primera aparición conservada probablemente provenga de la obra de Homero (s. VIII a. C.). Concretamente, en la Ilíada, el ἀήρ es la niebla o nube producida por los dioses para proteger o confundir a alguien, como en Il.3.381 τὸν δ᾽ ἐξήρπαξ᾽ Ἀφροδίτη ῥεῖα μάλ᾽ ὥς τε θεός, ἐκάλυψε δ᾽ ἄρ᾽ ἠέρι πολλῇ, κὰδ δ᾽ εἷσ᾽ ἐν θαλάμῳ εὐώδεϊ κηώεντι (Afrodita arrebató a su hijo con gran facilidad, por ser diosa, y le llevó, envuelto en una densa niebla, al oloroso y perfumado páramo).

En un sentido más actual, es posible hallar en la obra de Jenófanes (s. VI a.C.) la siguiente cita “γαίης μὲν τόδε πεῖρας ἄνω παρὰ ποσσὶν ὁρᾶται ἠέρι προσπλάζον, τὸ κάτω δ' ἐς ἄπειρον ἱκνεῖται (esto es el límite de la tierra que parece que linda con el aire, hasta lo ilimitado) en Xenoph.B 28.2. Se trata de la atmósfera, la capa gaseosa que cubre la tierra, algo a lo que todavía hoy llamamos aire.

Otra forma de entender el ἀήρ es la que se encuentra en la obra de Aristófanes (s. V-IV a.C.), como personificación divina. De este modo, en Ar.Nu.264 se halla una invocación al aire como divinidad, en una intervención de Sócrates: “εὐφημεῖν χρὴ τὸν πρεσβύτην καὶ τῆς εὐχῆς ἐπακούειν. ὦ δέσποτ᾽ ἄναξ ἀμέτρητ᾽ Ἀήρ, ὃς ἔχεις τὴν γῆν μετέωρον, λαμπρός τ᾽ Αἰθὴρ σεμναί τε θεαὶ Νεφέλαι βροντησικέραυνοι, ἄρθητε φάνητ᾽ ὦ δέσποιναι τῷ φροντιστῇ μετέωροι” (es preciso que el anciano guarde un silencio reverente y preste oídos a la plegaria. ¡Oh Rey soberano, inconmensurable Aire, que sostienes la tierra en el espacio, y tú, Éter brillante, y vosotras, Nubes, venerandas diosas del trueno y el rayo, levantaos, oh señoras, apareceos en las alturas al hombre que cavila!).

Finalmente, en el mundo griego también se entendía el ἀήρ como clima o tiempo climático, e incluso como viento. Así se puede encontrar en “ἠέρος ἀκρισίῃσι” (por el tiempo inestable) GDRK 60.2.22. Sin embargo, como se puede observar, el castellano posee acepciones que no provienen del término griego, sino de la evolución histórica de la propia lengua española, como la acepción sinónima de ínfulas o, por supuesto, la militar relacionada con el cuerpo aéreo.

Llegados a este punto, en una palabra como aire debemos tener en cuenta algunos de los muchos compuestos que han sido acuñados con el cultismo aero-. Entre ellos se encuentra “aerofagia”, un modo de alimentación (φάγομαι) por medio del aire atmosférico. Se trata de un fenómeno de deglución consciente o inconsciente del aire. A continuación se puede citar el “aeromorfismo”, que busca y descubre las formas más familiares con el aire, o “aerodinámica”, que se encarga de la posición y forma de los cuerpos para disminuir la resistencia del aire. Estos dos compuestos son muy considerados en la industria de transportes como la automovilística. También en medicina podemos encontrar vocablos como “aerobacterias”, que son un género de bacterias que se hallan habitualmente en suspensión en el aire. Más cerca de la biología podemos encontrar los “aerobios”, que son aquellos seres orgánicos que necesitan aire (u oxígeno) para vivir. La lista de estos compuestos es mayor, pero aquí cerraremos la enumeración de ejemplos con la “aerología”, que resulta ser una ciencia que estudia las características físicas, como la temperatura, la presión, la humedad, etc. del aire y las capas atmosféricas.

lunes, 8 de agosto de 2016

Aforismo

Este término procede del gr. ἀφορισμός aphorismós y puede definirse como máxima o sentencia que se propone como pauta en alguna ciencia o arte. En el mundo griego este término se utilizaba para designar delimitaciones o parcelas de tierra, algo similar al actual catastro. Así se puede observar en algunas inscripciones como la siguiente de FD 4.295.7 (II d.C.)  καὶ αἱ] ὀνομασίαι τῶν τόπων αἱ ἐν τῷ τῶν ἱ-[ερομνημόνων ἀφ]ορισμῷ διὰ τὸ τοῦ [χρόνου] μῆ[κος οὐ]κέτι ὁμοίως γεινωσκόμεναι [παρεῖ]χον ἀφορμὴν ἑκατέροις τοῦ μεταφέ-[ρειν εἰς τὸ λυσι]τ̣ελοῦν αὐτοῖς (y los nombres de los terrenos que en el catastro del sumo sacerdote no eran de ningún modo conocidos, ocasionaban un pretexto cada uno por su parte para confundir ventajosamente). En este fragmento se puede observar el uso original del término, que he traducido como catastro, pero podría traducirse como parcelas u otro modo similar.

A partir de ese sentido de delimitación, se trasladó metafóricamente al lenguaje, probablemente basado en el soporte que ofrecía la escritura y que podía compararse, como espacio, a las tierras. Así, del mismo modo que se dividía el terreno, se podía dicidir un texto, y a ese fragmento especialmente importante se le llamó aforismo, denominación que continúamos utilizando hoy día. Con esta acepción se puede encontrar el término en los Discursos de Elio Arístides (s. II d.C.), concretamente en Ael. Ar. Ars 56.1.1. 467. καὶ οἱ ἀφορισμοὶ δὲ οἱ ἐν τῷ καθόλου σεμνότητα ἔχουσιν, οἷον “πόλεως γὰρ ἔγωγε πλοῦτον ἡγοῦμαι συμμάχους, πίστιν, εὔνοιαν” (los aforismos tienen, en general, más autoridad, ya que fueron un tesoro de la ciudad, leal y benevolente, dirigen a los aliados en la guerra).

miércoles, 3 de agosto de 2016

Acústico

Acústico procede del griego ἀκουστικός (de ἀκούειν- 'oír'), la RAE lo define como “perteneciente o relativo al órgano del oído; perteneciente o relativo al sonido; perteneciente o relativo a la acústica; favorable para la producción o propagación del sonido; dicho de un elemento que aísla de los ruidos o los amortigua. Pantalla acústica. Techo acústico; dicho de un instrumento musical de sonido no modificado con medios electrónicos; parte de la física que trata de la producción, control, transmisión, recepción y audición de los sonidos, ultrasonidos e infrasonidos; y por último, característica de un recinto referida a la calidad de la recepción de los sonidos”.

El origen griego del término acústico reside en el verbo escuchar, ἀκούω, con un sufijo de derivación que ya era utilizado en griego -στικός, -ή, -όν. Utilizando este término, Aristóteles (s.IV a.C.) definió la audición (Arist.de An.426a7) como “ἡ δὲ τοῦ ἀκουστικοῦ (ἐνέργεια) ἀκοή” [el (acto) de oír es la audición]. Se puede observar en esta cita como los procesos de derivación sobre una raíz pueden alterar ligeramente una palabra manteniendo su relación semántica.

En este sentido se encuentra en la obra de Plutarco (s. I-II d.C.), donde además puede observarse la importancia de reflexionar sobre aquello que se escucha. De este modo en Plut. De Recta 1.2.92: “οἶμαί σε προακοῦσαι περὶ τῆς ἀκουστικῆς αἰσθήσεως, ἣν ὁ Θεόφραστος παθητικωτάτην εἶναί φησι πασῶν” (Pienso que te gustará oír antes algo sobre el sentido de lo escuchado, que, como dijo Teofrasto, está más expuesto a las pasiones que cualquier otro).

En el terreno filosófico se aplicaba a la disposición que alguien tenía para escuchar, como la cualidad de los pitagóricos σιωπηλοὶ καὶ ἀκουστικοί (Iambl.VP 163), los que escuchan y callan. De este modo, Epicteto (s. I-II d.C) en sus discursos presenta esta cualidad como positiva, en Epict.3.1.13: “οὕτως μου ἀπέγνω; νέος οὐκ ἤμην; οὐκ ἤμην λόγου ἀκουστικός; πόσοι δ᾽ ἄλλοι νέοι ἐφ᾽ ἡλικίας πολλὰ τοιαῦτα διαμαρτάνουσιν;” (¿Has perdido la confianza en mí de esta manera? ¿No era yo un joven? ¿No estaba bien dispuesto para oír las palabras? ¿Cuantos de mi edad se equivocan en muchas de estas cosas?).