Ácaro procede
del griego ἀκαρί, tal como aparece en la obra de Aristóteles. La RAE lo define
como “Arácnido generalmente de menos de un milímetro de longitud, de
respiración traqueal o cutánea, con cefalotórax tan íntimamente unido al
abdomen que no se percibe separación entre ambos, y que suele ser parásito de
otros animales o plantas”.
Aristóteles
(s. IV a.C.) fue el primero en utilizar el término con el mismo significado que
posee hoy día en su Historia Animalium,
“ὃ δὴ δοκεῖ ἐλάχιστον εἶναι τῶν ζῴων πάντων καὶ καλεῖται ἀκαρί, λευκὸν καὶ
μικρόν” (como parece, es el animal más pequeño que existe, blanco y minúsculo,
y se llama ácaro) Arist. HA 557b 8. Posteriormente, a partir de 1611 se
encuentra documentado en el latín científico.
Sin
embargo, el arácnido no es el primer uso del término que se puede encontrar en griego,
sino que tiene su origen en el adjetivo que los griegos utilizaban para
designar algo tan corto que resulta indivisible. Con este sentido puede
encontrarse en la obra de Aristófanes (s. V-IV a.C.), por ejemplo en Ar.Pl.244:
“τύχω, πόρναισι καὶ κύβοισι παραβεβλημένος γυμνὸς θύραζ᾽ ἐξέπεσον ἐν ἀκαρεῖ
χρόνου. Χρεμύλος μετρίου γὰρ ἀνδρὸς” (Si, al contrario, es la de un pródigo
insensato, me entrega al punto a los juegos de azar y a las cortesanas, y en
pocos momentos me veo en la puerta de la calle completamente desnudo). Como se
puede observar, este es un ejemplo perfecto de como la lengua utiliza términos
ya existentes para designar descubrimientos o inventos nuevos por un proceso
metafórico, es decir, ya que el nuevo animal que se descubre es tan pequeño que
parece no poderse separar en distintas partes, se designa con el adjetivo
preexistente para definir su aspecto.
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