Este vocablo procede
del
griego βάρβαρος, que tiene su origen en una especie de onomatopeya para designar
todo lo relacionado con los extranjeros, partiendo de su forma de hablar, que
por diferente, los griegos habrían advertido como barbar… En la lengua
española, puede hallarse definido en el diccionario de la RAE como “dicho de
una persona: De alguno de los pueblos que desde el siglo V invadieron el
Imperio romano y se fueron extendiendo por la mayor parte de Europa; perteneciente
o relativo a los bárbaros; fiero, cruel; Arrojado, temerario; inculto, grosero,
tosco. Su estilo es descuidado y un tanto bárbaro; grande, excesivo, extraordinario;
excelente, llamativo, magnífico”.
Por
lo tanto, el término griego se utilizaba, como sustantivo o como adjetivo, para
designar aquello que tenía su origen fuera de la polis, lo extranjero, especialmente
cuando resultaba ajeno a la cultura griega y resultaba extraño. Así fue como ha
ido tomando connotaciones negativas hasta llegar al significado que tiene hoy
día. Pero anteriormente podía designar la tierra extranjera, las personas o el
habla de esa tierra, tal como aparece en Heródoto (s. V a.C. ) en sus Historias en “εἰ τούτοισι τεκμαιρόμενον
δεῖ λέγειν, ἦσαν οἱ Πελασγοὶ βάρβαρον γλῶσσαν ἱέντες” (por las conjeturas que
nos dan todos estos pueblos, podremos decir que los pelasgos debían hablar
algún lenguaje bárbaro) Hdt. 1.57. aplicado al habla; en la Anábasis de Jenofonte (s. V-IV a.C.), “ὅποι
δ᾽ ἂν ἐλθόντες ἀγορὰν μὴ ἔχωμεν, ἄν τε εἰς βάρβαρον γῆν ἄν τε εἰς Ἑλληνίδα, οὐχ
ὕβρει ἀλλὰ ἀνάγκῃ λαμβάνομεν τὰ ἐπιτήδεια” (pero, si llegamos a un sitio y no
nos venden, ya sea tierra de los bárbaros, ya de los griegos, tomamos lo que
nos hace falta, no por licencia, sino por necesidad) Xen. Anab. 5.5.16,
aplicado a la tierra. O en la misma Anábasis
para las personas que habitan estas tierras, en Xen. Anab. 5.5.8: “ἔπεμψεν ἡμᾶς,
ὦ ἄνδρες στρατιῶται, ἡ τῶν Σινωπέων πόλις ἐπαινέσοντάς τε ὑμᾶς ὅτι νικᾶτε Ἕλληνες
ὄντες βαρβάρους, ἔπειτα δὲ καὶ ξυνησθησομένους ὅτι διὰ πολλῶν τε καὶ δεινῶν, ὡς
ἡμεῖς ἠκούσαμεν, πραγμάτων σεσωσμένοι πάρεστε” (soldados -dijo-, la ciudad de
Sinope nos ha enviado a nosotros para que os alabemos, porque siendo griegos
habéis vencido a los bárbaros, y para que os felicitemos por haber llegado
sanos y salvos después de tantos y tan formidables trances, según hemos oído).
De
hecho, en un fragmento de la Anábasis
de Jenofonte se explica a la perfección el significado del término en griego, y
también porque fue tomando las connotaciones negativas. Se trata de Xen. Anab.
5.5.8: “τούτους ἔλεγον οἱ στρατευσάμενοι βαρβαρωτάτους διελθεῖν καὶ πλεῖστον τῶν
Ἑλληνικῶν νόμων κεχωρισμένους” (los griegos decían que este era el pueblo más
bárbaro que habían encontrado, aquel cuyas costumbres más diferían de las
griegas). De modo, que las costumbres diferentes a las griegas fueron
percibidas como negativas y el término se extendió semánticamente hacia la
crueldad y la incivilización, que es lo que mayoritariamente designa hoy día.
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