La
RAE define este término como “tristeza vaga, profunda, sosegada y permanente,
nacida de causas físicas o morales, que hace que quien la padece no encuentre
gusto ni diversión en nada; monomanía en que dominan las afecciones morales
tristes; bilis negra o atrabilis”.
La
palabra melancolía proviene del griego μελαγχολία, que está formado por μέλας, -αινα,
negro y χολή, - ῆς, bilis, de modo que su significado
literal es bilis negra o atrabilis. La bilis negra era uno de los cuatro
humores, cuya teoría mantiene que el cuerpo humano está compuesto de cuatro
sustancias básicas, llamadas humores (líquidos), cuyo equilibrio indica el
estado de salud de la persona. Así, todas las enfermedades y discapacidades
resultarían de un exceso o un déficit de alguno de estos cuatro humores. Los
otros tres humores eran bilis, flema y sangre. El exceso de bilis negra
provocaba un comportamiento abatido, apático y un manifiesto sentimiento de
tristeza, por lo que melancolía adquirió este significado.
Un
ejemplo de este término en la literatura griega se puede hallar en la obra de
Plutarco (s. I-II d.C.) Lisandro: “Ἀριστοτέλης
δὲ τὰς μεγάλας φύσεις ἀποφαίνων μελαγχολικάς, ὡς τὴν Σωκράτους καὶ Πλάτωνος καὶ
Ἡρακλέους, ἱστορεῖ καὶ Λύσανδρον οὐκ εὐθύς, ἀλλὰ πρεσβύτερον ὄντα τῇ μελαγχολίᾳ
περιπεσεῖν” (Aristóteles, cuando dice que los grandes ingenios
son melancólicos, como el de Sócrates, el de Platón y el de Heracles, refiere
que Lisandro no cayó en este afecto desde luego, sino cuando ya era anciano) Plut.
Lys. 2.3.
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