Se trata de un término definido por la RAE
como “estado patológico caracterizado por un sueño profundo y prolongado,
propio de algunas enfermedades nerviosas, infecciosas o tóxicas; somnolencia,
inactividad; estado de inactividad y reposo en que permanecen algunos animales
durante determinados períodos de tiempo; período de tiempo que dura el letargo
de los animales”.
El
vocablo proviene del griego, λήθαργος, -ου, compuesto por λήθη, -ης, olvido, y ἀργός,
-ου, pereza (ἀ privativa y ἔργον, acción, hecho), de modo que el resultado era
un adjetivo que significaba olvidadizo. El significado actual lo ha adquirido en
latín, cuando empieza a utilizar como sustantivo, interpretado como “el que
está inactivo porque padece de olvido”. A partir de época romana, el término
griego adquirió este mismo significado, como en la obra de Filóstrato de
Atenas, Vida de Apolonio, donde
aparece en Philostr. VA 7.14: “τυραννίδων
ἤθη
διττά,
αἱ
μὲν
γὰρ
ἀκρίτους
ἀποκτείνουσιν,
αἱ
δὲ
ὑπαχθέντας
δικαστηρίοις.
ἐοίκασι
δ᾽
αἱ
μὲν
τοῖς
θερμοῖς
τε
καὶ
ἑτοίμοις
τῶν
θηρίων,
αἱ
δὲ
τοῖς
μαλακωτέροις
τε
καὶ
ληθάργοις”
(hay dos tipos de tiranías: unas, en efecto, matan a quienes no han sido juzgados;
otras, a quienes se han visto arrastrados a los tribunales. Se asemejan las
unas a las más apasionadas y resueltas de las fieras, las otras a las más
perezosas y aletargadas).
No hay comentarios:
Publicar un comentario