Enigma

      Procede del griego αἴνιγμα, y es definido por la RAE como “enunciado de sentido artificiosamente encubierto para que sea difícil de entender o interpretar; realidad, suceso o comportamiento que no se alcanzan a comprender, o que difícilmente pueden entenderse o interpretarse”.
      De hecho ya el original griego poseía las mismas acepciones, de modo que podemos hallarlo en la tragedia Edipo Rey de Sófocles (s. V a.C.), en Soph. OT 393: “καίτοι τό γ᾽ αἴνιγμ᾽ οὐχὶ τοὐπιόντος ἦν; ἀνδρὸς διειπεῖν, ἀλλὰ μαντείας ἔδει; ἣν οὔτ᾽ ἀπ᾽ οἰωνῶν σὺ προυφάνης ἔχων” (y, ciertamente, el enigma no era propio de que lo discurriera cualquier persona que se presentara, sino que requería arte adivinatoria que tú no mostraste tener). La cita hace referencia a la leyenda de Edipo. Éste era descendiente del rey tebano Layo, quien lo abandonó al nacer porque un oráculo pronosticó que fallecería a manos de su hijo. Criado por el rey de Corinto, a quien fue entregado por un pastor que lo encontró en el monte Citerón, quiso conocer su procedencia y decidió visitar el oráculo, que le dijo que estaba destinado a desposar a su madre y matar a su padre. Tras escuchar esto, Edipo decidió no regresar a Corinto para no cumplir con su destino, y se encaminó a Tebas. En el entorno de la ciudad de las siete puertas, la esfinge retaba a todo viajero que pasaba a descifrar un enigma bajo pena de muerte al no acertar. Edipo se enfrentó y venció al monstruo, ya que descifró el famoso acertijo, (¿Cuál es el ser que con una sola voz tiene cuatro patas, dos patas y tres patas? Edipo acertó al contestar que el hombre es cuadrúpedo al nacer, bípedo en su madurez y anda con tres patas al usar bastón en su vejez) lo que motivaría el suicidio del monstruo.