Nervio

El término nervio se encuentra definido en el diccionario de la RAE como “conjunto de fibras nerviosas en forma de cordón blanquecino que conducen impulsos entre el sistema nervioso central y otras partes del cuerpo; sponeurosis, o cualquier tendón o tejido blanco, duro y resistente; haz fibroso que, en forma de hilo o cordoncillo, corre a lo largo de las hojas de las plantas por su envés, comúnmente sobresaliendo de su superficie; cada una de las cuerdas que se colocan al través en el lomo de un libro para encuadernarlo; saliente en la piel o tela del lomo de un libro, producido por el cordel o bramante; fuerza y vigor; eficacia o vigor de la razón; género de prisión que usaban los antiguos, a modo de cepo, en que ataban al reo por los pies y por el cuello con una cadena; arco que, cruzándose con otro u otros, sirve para formar la bóveda de crucería. Es elemento característico del estilo gótico; cabo firme en la cara alta de una verga, al cual se asegura la relinga del grátil de una vela por medio de unos cabos delgados llamados envergues; resalte a lo largo de una pieza para reforzar su resistencia; cuerda de los instrumentos musicales; estado psicológico agitado y tenso de una persona”.

El vocablo procede del griego νεῦρον (a través del latín neruium), que significa nervio, tendón o cuerda de arco. De la última acepción se puede hallar un ejemplo en la Ilíada de Homero (s. VIII a.C.), en Hom. Il. 4.122: “ἕλκε δ᾽ ὁμοῦ γλυφίδας τε λαβὼν καὶ νεῦρα βόεια; νευρὴν μὲν μαζῷ πέλασεν, τόξῳ δὲ σίδηρον” (y, cogiendo a la vez las plumas y el bovino nervio, tiró hacia su pecho y acercó la punta de hierro al arco).

También se puede encontrar un ejemplo del uso actual más común (nervios humanos) en la Metafísica de Aristóteles (s. IV a.C.), en Aristot. Met. 7.1035a: “καὶ γὰρ ἡ γραμμὴ οὐκ εἰ διαιρουμένη εἰς τὰ ἡμίση φθείρεται, ἢ ὁ ἄνθρωπος εἰς τὰ ὀστᾶ καὶ νεῦρα καὶ σάρκας, διὰ τοῦτο καὶ εἰσὶν ἐκ τούτων οὕτως ὡς ὄντων τῆς οὐσίας μερῶν, ἀλλ᾽ ὡς ἐξ ὕλης” (y aunque al dividirse la línea se descomponga en las semilíneas, y el hombre se descomponga en huesos, nervios y carne, no por eso se componen de tales cosas como si éstas fueran partes de la entidad, sino como materia).