La
RAE lo define como “gran matanza de seres humanos; acto de abnegación total que
se lleva a cabo por amor; entre los israelitas especialmente, sacrificio
religioso en que se quemaba la víctima completamente.
El
término se remonta al griego ὁλόκαυστον, “quemado enteramente”, que está
formado por ὅλος, “todo”, y la raíz de καῦμα, “quemadura”. De esta formación
también se obtiene un verbo ὁλοκαυτέω, “quemar totalmente”, del que existe
constancia en la obra de Jenofonte, en la Anábasis:
“τῇ δὲ ὑστεραίᾳ Ξενοφῶν προσελθὼν εἰς Ὀφρύνιον ἐθύετο καὶ ὡλοκαύτει χοίρους τῷ
πατρίῳ νόμῳ, καὶ ἐκαλλιέρει” (al día siguiente Jenofonte, llegado junto a
Ofrinio, hizo sacrificios, según los ritos patrios, quemando puercos enteros, y
las señales le resultaron favorables) Xen. Anab. 7.8.5.
A
partir del significado original, como sacrificio, el término fue tomando otro
significado, el de gran matanza, perdiendo la connotación de sacrificio a los
dioses. El cambio de significado es comparable al de hecatombe, con la
diferencia de que en hecatombe el foco del significado se ha situado en las
consecuencias, y en holocausto ha centrado el significado en el acto en sí del
sacrificio.
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