Procede
del griego antiguo, del término καθέδρα, y la RAE la define como: “cada una de
las dos partes salientes formadas a los lados del cuerpo por los huesos
superiores de la pelvis; en diversos animales, parte lateral del anca; en
diversos animales, anca (‖ mitad lateral de la parte posterior de diversos
animales).
El
vocablo griego está formado por el preverbio καθ- (katά) y el sustantivo ἕδρα, que
habría significado, en su momento, algo similar a “sobre el asiento”. De modo
que la nueva palabra pasó a significar asiento habitual o permanente, como en
las Historias de Polibio (s. II a.C.),
en Plb. 13.7.8: “καὶ δεξιωσάμενος, ἐπειδὰν ἐκ τῆς καθέδρας ἀνέστησε τὴν γυναῖκα
καὶ περιέπτυξε ταῖς χερσί, προσήγετο κατὰ βραχὺ πρὸς τὰ στέρνα” (el déspota la
cogía de la mano y la hacía levantarse de su asiento) o en la obra de Estrabón
(s. I a.C.- I d.C.), en Strab. 3.3.7: “καθήμενοί τε δειπνοῦσι περὶ τοὺς τοίχους
καθέδρας οἰκοδομητὰς ἔχοντες, προκάθηνται δὲ καθ᾽ ἡλικίαν καὶ τιμήν: περιφορητὸν
δὲ τὸ δεῖπνον” (Comen sentados en bancos construidos contra el muro y se sientan
en orden a la edad y el rango).
Por lo tanto, el vocablo, que
empezó significando silla, acabó designando a los huesos superiores que, cuando
nos sentamos, quedan como una estructura de silla de brazos. Además, los huesos
que designamos como cadera son los que soportan todo el peso cuando nos
sentamos.
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