La
RAE define este término como “hoja delgada hecha con pasta de fibras vegetales
obtenidas de trapos, madera, paja, etc., molidas, blanqueadas y desleídas en
agua, que se hace secar y endurecer por procedimientos especiales; pliego, hoja
o pedazo de papel en blanco, manuscrito o impreso; conjunto de resmas,
cuadernos o pliegos de papel; carta, credencial, título, documento o manuscrito
de cualquier clase; impreso que no llega a formar libro; parte de una obra
teatral o cinematográfica que corresponde representar a un actor. Para el
ensayo, todos habían memorizado su papel; personaje de una obra teatral o
cinematográfica que corresponde representar a un actor; cargo o función que
alguien o algo desempeña en alguna situación o en la vida; actuación personal;
periódico diario; documento que contiene la obligación del pago de una
cantidad, como una libranza, un billete de banco, un pagaré, etc.; conjunto de
valores mobiliarios que salen a negociación en el mercado; documentos con que
se acreditan las circunstancias personales de alguien”.
El
vocablo proviene del latín paper, y este del griego πάπυρος, papiro, que es una
planta que crecía en enormes cantidades en el antiguo Egipto (por lo que el
nombre, a su vez, procede del egipcio), de cuyas fibras se fabrica una lámina
para escribir. El proceso de fabricación del papel actual es similar al del
papiro egipcio, por lo que se utilizó el mismo nombre, con la evolución
fonética correspondiente. El término griego todavía se utiliza hoy, aplicado, como
en griego antiguo, al que se producía en Egipto, del mismo modo que aparece,
por ejemplo en la Geografía de
Estrabón, en Strab. 5.2.9 “τύφη τε καὶ πάπυρος ἀνθήλη τε πολλὴ κατακομίζεται
ποταμοῖς εἰς τὴν Ῥώμην, οὓς ἐκδιδόασιν αἱ λίμναι μέχρι τοῦ Τιβέρεως” (una gran
cantidad de aneas, papiros y carrizos son transportados hasta Roma por los
ríos, a través de los cuales los lagos desaguan en el Tiber).
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