Se
trata de un término que proviene del árabe hispano qiráṭ, y del árabe clásico
qīrāṭ. Se remonta finalmente al griego κεράτιον “cuernecito” y también “algarroba
(legumbre con forma de cuernecito)”. El árabe llamó con este nombre a una
moneda de plata muy pequeña que trataba de estandarizar el peso de la semilla
de algarroba para medir con precisión pesos pequeños pero de gran valor, como
el polvo de oro resultante de la evaporación de mercurio. Con los quilates
también se medía la pureza del oro (que al ser demasiado maleable debe
mezclarse con otros metales para adquirir dureza) y se pesaban las piedras
preciosas. En la actualidad el quilate tiene otro peso, 0,2 gr.
El
significado griego actual, “cuernecito” y “algarroba”, puede observarse en la
literatura conservada, como este ejemplo de Diodoro Sículo, en su Biblioteca Histórica. De este modo, en Diod.
3.73.2 se halla el siguiente fragmento: “εἰσὶ δ᾽ οἱ μυθολογοῦντες αὐτῷ πρὸς ἀλήθειαν
γενέσθαι καθ᾽ ἑκάτερον μέρος τῶν κροτάφων κεράτια: διὸ καὶ τὸν Διόνυσον, υἱὸν αὐτοῦ
γεγονότα, τὴν ὁμοίαν ἔχειν πρόσοψιν, καὶ τοῖς ἐπιγινομένοις τῶν ἀνθρώπων
παραδεδόσθαι τὸν θεὸν τοῦτον γεγονότα κερατίαν” (pero hay quienes cuentan en el
mito que le habían surgido de verdad cuernecitos en cada parte de las sienes;
por lo tanto, Dionisio, que era hijo suyo, tenía igual apariencia y fue
transmitido a los hombres posteriores que ese dios era cornudo).
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