Ébano
La
RAE dice sobre este vocablo que es un “árbol de la familia de las ebanáceas, de
diez a doce metros de altura, de copa ancha, tronco grueso, madera maciza,
pesada, lisa, muy negra por el centro y blanquecina hacia la corteza, que es
gris; hojas alternas, enteras, lanceoladas, de color verde oscuro, flores
verdosas y bayas redondas y amarillentas” y también su madera, que destaca por
su color, uno de los negros más intensos que se conocen, su densidad, que es muy alta (se trata de una
de las pocas maderas que se hunden en el agua), su buena textura y su capacidad
de pulido muy suave. Por todo esto es una madera muy valiosa y muy utilizada
para tallar figuras.
El
término viene del griego, de ἔβενος, ya que ellos conocían el árbol. Así lo
testimonia Heródoto (s. V a.C.) en sus Historias
y lo sitúa en Etiopía: (Hdt. 3.97.3) “οὗτοι συναμφότεροι διὰ τρίτου ἔτεος ἀγίνεον,
ἀγινέουσι δὲ καὶ τὸ μέχρι ἐμεῦ, δύο χοίνικας ἀπύρου χρυσίου καὶ διηκοσίας
φάλαγγας ἐβένου καὶ πέντε παῖδας Αἰθίοπας καὶ ἐλέφαντος ὀδόντας μεγάλους εἴκοσι”
(presentaban entonces cada tercer año y presentan aun ahora sus donativos,
reducidos a dos Chenices de oro no acrisolado, a 200 maderos de ébano, a cinco
niños Etíopes, y a veinte grandes dientes de elefante).
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