martes, 16 de agosto de 2016

Calma

Calma proviene del griego καῦμα. La RAE define este sustantivo como “estado de la atmósfera cuando no hay viento; sofoco (‖ sensación de calor en la menopausia); cesación o suspensión de algo (calma en los dolores, en los negocios); paz, tranquilidad;  (coloquial) cachaza, pachorra. Sin embargo, el significado original griego estaba más relacionado con el calor extremo o el bochorno (entendido como calor agobiante). Así se puede hallar en infinidad de testimonios griegos como en la Ilíada  de Homero (s. VIII a.C.), en Hom. Il. 5.864: “οἵη δ᾽ ἐκ νεφέων ἐρεβεννὴ φαίνεται ἀὴρ; καύματος ἐξ ἀνέμοιο δυσαέος ὀρνυμένοιο; τοῖος Τυδεΐδῃ Διομήδεϊ χάλκεος Ἄρης; φαίνεθ᾽ ὁμοῦ νεφέεσσιν ἰὼν εἰς οὐρανὸν εὐρύν” (cual vapor sombrío que se desprende de las nubes por la acción de un impetuoso viento abrasador, tal le parecía a Diomedes Tidida el broncíneo Ares cuando, cubierto de niebla, se dirigía al anchuroso cielo).

La mejor descripción del término puede hallarse en la República de Platón (s. V. IV a.C.): “πορεύεσθαι ἅπαντας εἰς τὸ τῆς Λήθης πεδίον διὰ καύματός τε καὶ πνίγους δεινοῦ” (marcharon todos hacia la planicie del Olvido. a través de un calor terrible y sofocante) Plat. Rep. 10.621a donde puede observarse que no se aplicaba καῦμα para cualquier temperatura cálida, sino que se refería a un calor muy fuerte. De hecho, era tan alta la temperatura que representaba el vocablo que llegó a significar quemadura e incluso cenizas como en las Historias de Heródoto (s. V a.C.): “τρίτα δὲ οἱ ἄνθρωποι ὑπὸ τοῦ καύματος μέλανες ἐόντες” (que los hombres que llevaban allí tres días estaban negros de quemados) Hdt. 2.22.3.

         La evolución de la semántica es relativamente sencilla. El vocablo significaba calor intenso y, en verano, cuando hace calor no hay viento ni oleaje fuerte, es decir, hay tranquilidad, serenidad, de ahí sus acepciones actuales.

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